Acaba de salir un estupendo artículo en númerocero.es sobre el oficio de colorista de cómic, para el que David G. Natal nos entrevistó a José Villarrubia, Javier Rodríguez y a mí. ¡Da gusto verse tan bien acompañado! Aquí podéis ver también la entrevista completa que me hicieron para el reportaje:
¿Cómo ha evolucionado con el cambio tecnológico el trabajo de un colorista?
Yo siempre he trabajado con ordenador, así que cualquier cosa que te diga de los procesos anteriores es de oidas. Eso sí, empecé coloreando con ratón, más tarde con una pequeña tableta wacom y ahora con una cintiq, dibujando y coloreando directamente sobre la pantalla. Y la tecnología sigue mejorando. Con el software igual. El Photoshop ha ido incorporando con el tiempo herramientas que facilitan el trabajo y han aparecido otros programas como Painter, que ofrecen una manera de trabajar más orgánica, más parecida a los métodos tradicionales. El trabajar con un archivo digital también permite ahorrarse los envíos por correo y los escaneados de páginas, ahorrando tiempo y eliminando los riesgos de perdida o deterioro de originales. Como en muchas otras profesiones, internet permite trabajar desde cualquier parte del mundo. Sigue habiendo autores que colorean con métodos tradicionales y que envían sus originales por correo postal, pero también se pueden beneficiar de los métodos digitales, por ejemplo, haciendo bocetos de color en el ordenador.
Explícanos tu proceso de trabajo habitual como colorista.
Antes de empezar
un proyecto hablo con el resto del equipo sobre la dirección que le
vamos a dar. Hablamos del tono de la historia, pregunto si tienen
alguna referencia en mente y también aporto mis ideas con alguna
imagen. Si no queda claro, o si no tienen una idea concreta de lo que
buscan, empiezo a trabajar y ya en las primeras páginas surgen
comentarios que acotan el rumbo del álbum. Parto del guión y de
algunas anotaciones complementarias sobre cada escena. Después viene
la búsqueda de documentación, muy necesaria en los proyectos
históricos, muchas veces también ayudado por guionista y dibujante,
que ya han hecho recopilación previa para su trabajo.
Para el
color utilizo principalmente Photoshop, y algunas veces Painter. Casi
siempre trabajo con asistente, que se encarga de hacer una separación
previa en colores planos. Después modifico esa base, planteo la
atmósfera de la escena, añado sombras, efectos, etc. Explicar en
detalle esta parte daría para más de un artículo :)
¿Hay algún trabajo en concreto en que te hayas visto forzado a trabajar de otra manera por requisitos del autor o la editorial?
Si el dibujante suele colorear sus propios trabajos o si tengo que continuar el trabajo de otro colorista, intento adaptarme a las referencias y sugerencias previas. A veces las editoriales me han pedido algún cambio técnico en los perfiles de color, los canales para cada tinta o en la manera de enviar el archivo. En el segundo álbum de Talisman, con Montse Martín y François Debois para Glénat, tuve que enfrentarme a los dos requisitos, así que fué un viaje un tanto accidentado, aunque espero que no se note en el resultado. Con el tercero lo llevé mejor. Aprendí mucho con ese proyecto y aprovecho para decir que el trabajo de Montse, tanto en Talismán como en Curiosity Shop, con Teresa Valero, es una maravilla.
¿Hasta qué punto el color es un elemento narrativo?
El color es una herramienta más en la narración. Puedes utilizarlo para definir una atmósfera, marcar el tono de una historia, dirigir la mirada a un punto determinado de una imagen, matizar cosas que cuenta el dibujo (tanto para ampliar un efecto como para disimularlo) o simplemente completar una descripción (el color de un uniforme) o enseñar un estilo o un acabado determinado. Depende de cada autor si lo quiere utilizar y en qué medida. El color puede ser un acabado sin el cual el blanco y negro se consideraría incompleto, un boceto o un paso previo a la imagen definitiva, con lo cual estaríamos hablando más de "finalizadores" que de coloristas, o puede ser un añadido molesto a un blanco y negro autosuficiente. En cualquier caso, influiría en la narración.
¿Cómo empezaste en esto?
Trabajo como dibujante desde el año 96, haciendo publicidad, prensa, diseños y storys para animación, ilustración editorial, cómic, etc. Ya había hecho algúna pequeña colaboración de color con otros dibujantes, pero fué una propuesta de Tirso Cons, para colorear El ojo del diablo, con guión de Wander Antunes para Paquet, lo que hizo que empezara a colorear tebeos regularmente.
¿Cómo diste el salto a EEUU?
A través del agente David Macho. Aún no había terminado El ojo del diablo, y David me consiguió un trabajo para Marvel, coloreando unos números de Hulk. De todos modos, aunque no descarto hacer cosas para EEUU en el futuro, hace años que trabajo principalmente para el mercado franco-belga.
¿Piensas a menudo cuando trabajas coloreando el trabajo de otro, “yo lo hubiera hecho de otra forma”?
Sí, claro. Y eso me hace aprender mucho de cada dibujante y de las distintas maneras de enfrentar un proyecto.
Elige tu trabajo propio favorito como colorista y explícanos por qué lo es.
La Casa de los Susurros, con David Muñoz y Tirso Cons. No tanto porque crea que el color es mejor en este que en otros trabajos, sino por lo implicado que estuve en el proyecto, por el equipo, por el reto de probar cosas distintas, con sus aciertos y errores.
Elige, por favor, tu dibujante favorito con el que no hayas trabajado aún y explícanos por qué lo es.
Muchos de los dibujantes que más me gustan son también excelentes con el color, así que más que pensar en trabajar con ellos, disfruto su trabajo e intento aprender todo lo que pueda observándolo. Un ejemplo sería Rubén Pellejero, un autor que me gusta desde hace años, por su dibujo siempre impecable, sea en blanco y negro o color, y por su manera de narrar y de componer la página. Por citar también a un autor reciente, el trabajo de Raúl Arnáiz, especialmente en cuanto a composición y color, me deja ojiplático.
Recomiéndanos el trabajo de algún otro colega colorista que te interese.
En cómic, el
trabajo de Sedyas, es impresionante.
También
me gusta mucho el trabajo que hace Sergio Casas para cine.
¿En qué estás trabajando ahora mismo? No necesariamente como colorista.
Pues precisamente ahora estoy compaginando dos trabajos de color: La Rosa de Babel, con Luca Blengino y Roberto Ali para Delcourt, y el segundo tomo de La Terre des Vampires, con David Muñoz y Manuel García, para Humanoïdes.